Hoy quiero recordar, a la que para mi, junto con Greta Garbo y Bette Davis, es una de las mejores actrices de la historía y que por desgracia, después de mucho sufrimiento nos dejaba a la edad de 53 años, pero su legado, sus maravillosos ojos y su belleza, nos quedará para siempre.
Su nombre ya está escrito en el cumbre de la mitología cinematográfica. Su belleza felina y salud frágil fueron la trabazón de una vida atormentada por el alcohol y el síndrome bipolar, Vivien tuvó que ser tratada con electroshock, a veces después del tratamiento salía a escena.
Vivien Leigh poseía una belleza sofisticada, un estilo totalmente estudiado y elegante. Muchos de los que la conocieron han declarado haber quedado impresionados por su hermosura y por su manera de manejarse. En su trato era evidente una formación cosmopolita, resultado de su estancia en colegios de varios países: Francia, Italia, Austria e Inglaterra. En este último sitio ingresó a la Real Academia de Arte Dramático (RADA), para formarse como actriz. Era una joven educada, que sabía tocar piano, violín, chelo y además estudiaba ballet.
Pero su apariencia de gatito tierno era el exterior de una personalidad flamable que quería experimentar todo y deprisa. Así que aún no tenía 20 años y ya era esposa y madre. Su primer matrimonio fue con Herbert Leigh, de quien tomó su apellido artístico. Cuando nació su única hija, Suzanne, escribió en su diario: “Una niña tuvó un bebé”. Nunca se acostumbró a ser ama de casa de tiempo completo, por lo que pronto regresó al teatro mediante un contrato por cinco años, para trabajar con el productor Alexander Korda. Le apasionaba el teatro, pero su débil voz fue un obstáculo que tuvo librar con clases de canto. Vivien, era seductora y decidida, y aseguró haber vivido el amor a primera vista con Laurence Oliver, un romance que inició cuando él esperaba a su primera hija.
Su vida transcurrió entre la ficción de los personajes que interpretaba y sus evasiones “histéricas”, causadas por el síndrome bipolar. Muchos de sus allegados fueron testigos de cómo, sin motivo aparente, cambiaba de humor. De hecho, durante algunas entrevistas los periodistas veían cómo su rostro mudaba de la amabilidad a la irritabilidad. Se hizo famosa por ser una actriz conflictiva y excéntrica que exigía cosas que en ocasiones rayaban en lo absurdo. Sin duda era una mujer difícil de tratar, pues explotaba y gritaba para después tranquilizarse sin recordar lo que había pasado.
Viv, quería que su relación sentimental con Olivier, también fuera una mancuerna de trabajo, por lo que produjeron varias obras de teatro y protagonizaron algunas películas. La primera fue Fuego sobre Inglaterra, tras la cual hicieron pública su relación. La historia del cine la recuerda como la heroína Scarlett O´Hara y como Blanche DuBois, interpretaciones por las que ganó sendos Oscars, a los cuales no les dio importancia. Como anécdota, se cuenta que utilizaba las figuras doradas para que la puerta de su recámara no se cerrara y como una suerte de pisapapeles sobre las toallas de su baño.
La mitología de Hollywood alimentó la imagen de Leigh al difundir anécdotas que sazonaron la filmación de Lo que el viento se llevó. Para iniciar resulta que el director George Cukor, quien se decidió por Leigh para el papel de Scarlett, dejó la dirección y fue sustituido por Victor Fleming, con quien Vivien se peleó en distintas ocasiones, pues lo consideraba un director terrible, sin respeto por su trabajo. Tal vez el que Fleming fuera amigo de Clark Gable influyó para que éste se vengara propiciándose mal aliento y así molestar a Leigh en las escenas de besos. Como Vivien no confiaba en el trabajo de Fleming, se veía a escondidas con Cukor para que éste la dirigiera.
En cartas dirigidas a Olivier, Leigh declara que odiaba Hollywood y que extrañaba hacer películas de calidad. Cuando saltó a la fama por su participación en Lo que el viento se llevó, se negaba a ser calificada como una estrella de cine, pues consideraba que las estrellas eran falsas y producto de la publicidad, y ella tenía mucho que dar para interpretar grandes papeles.
Una tuberculosis persistente la alejó por periodos intermitentes de los escenarios, hasta que en 1967 la enfermedad reapareció con fuerza, pero ella se negó a volver al hospital, por lo que murió por complicaciones respiratorias. Su cuerpo, víctima también del alcoholismo, la debilitó al grado de no tener defensas contra el padecimiento.
Han pasado 100 años de su nacimiento. Su vida se extinguió, pero sus grandes ojos siguen fascinando a los amantes del cine. Su nombre marcó la época en que las actrices se convertían en diosas inalcanzables, lo suficientemente reales como habitar la tierra, aunque en un mundo paralelo.
Espero, que esta pequeña reseña, haya servido para rendir tributo, a esta gran dama de los escenarios, Vivien, no solo fue Scarlett, Blanche Dubois, Mira, Emma, Karen fue ella misma en esencia, ella era ya de por si un personaje, y asï vivió. Espero tener mucha más información que ofreceros y volver a postear con, todo lujo de detalles a mi adorada Vivien Leigh, y dos de las películas que para mi son de lo mejor que se ha hecho en el cine : " LO QUE EL VIENTO SE LLEVO"
" UN TRANVÍA LLAMADO DESEO "
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