" YO, YO DESEARÍA QUE PUDIERAS NADAR COMO LOS DELFINES, COMO NADAN LOS DELFINES. AUNQUE NADA, NADA NOS MANTENDRÁ JUNTOS, PODEMOS DERROTARLES PARA SIEMPRE. PODEMOS SER HÉROES SOLO POR UN DÍA. ( HEROES ) David Bowie

25 nov 2011

CRISTALES EN LA CABEZA



A veces creo que tengo cristales en la cabeza, es una sensación repentina, no se trata de pinchazos sino de algo crujiente y chirriante,  otras veces parece como si el cerebro se me expandiera y quisiera abarcar todo, de hecho creo que nací con un micro-chip integrado contra el mal gusto y me es muy difícil soportar lo corriente, lo vulgar, gente, lugares, cosas ... Es mas estoy completamente segura que he nacido en una época equivocada, algo paso y vine al mundo antes o después de lo previsto; pero de eso ya hablaré en otro momento... es largo.

Lo peor de todo, es el esfuerzo que tengo que hacer para adaptarme, sobre todo en ciertas situaciones: Voy por la calle, y te encuentras con alguien, !!! oooh no !!! esa persona piensa, no estoy muy segura de sí piensa, es mas creo firmemente que dejo de hacerlo hace mucho tiempo, pero se para in situ y empieza a vomitarte toda su miserable vida, de melodrama barato almodovariano, de lo más corriente y gris, su trabajo de mierda, el cretino de su pareja, sus hijos insoportables; No, no quiero saber nada, NO ME LO CUENTES BONITA, ya sé que cada mañana cuando te miras en el espejo es como si entrases en el túnel del terror; págate un psicólogo,  que no sirven para nada, ya lo sabemos, pero al menos te entretienes; pero sobre todo, contrata un asesor de imagen, o hazte budista como Richard Gere,  mira que bien le sientan las canas, o a ver si te aceptan en los Hare Krisha que lo dudo; no estás suficientemente iluminada;   no te das cuenta que tu pinta y tu verborrea me está produciendo arcadas y lo que es peor , no me importan tus clases de bolillo o de inglés para principiantes; ni lo buenos que te quedan los canelones , además no te conviene, tienes el colesterol alto y exceso de peso ya lo sabes; es que mira que tienes mala suerte cariño, si al menos vivieras en New York, podrías arrojarte desde el Rockefeller Center,  tendrías un final trágico y rápido  y ocuparías una pequeña columna en el New York Post, verdad que es un sueño, "my darling"... piénsalo bien, te pago el viaje.


No te das cuenta que camino por la calle  con una ansiedad inquisitiva y el suelo se tensa bajo mis pies, que llevo los tacones manchados de estrellas, y miro a mi alrededor con una curiosidad alucinógena..., no ves que tengo cristales en la cabeza y por tu culpa se pueden romper.


Termina ya !!!, no ves que tengo prisa, que me pesa la bolsa de deporte y tengo una cita con el Diablo para que me desvista el Prada; por favor  déjame seguir cultivando mi pequeño jardín de obsesiones.



NOTA : Como veis, estoy dando un giro a mi blog, no quiero decir con esto, que ya no vaya a postear  mas actores por supuesto que sí, soy cinéfila ...pero creo que hay compañeros que ya se encargan de ello, cada uno a su estilo y por cierto muy bien. , quiero ir intercalando estos micro-relatos entre realidad y ficción, un tanto peculiares, sólo espero que os gusten.

23 nov 2011

BOWIE, EL HOMBRE QUÉ CAYÓ A LA TIERRA


En 1966 aparecía editada la novela “El hombre que cayó a la Tierra”, escrita por Walter Tevis, famoso sobretodo por haber escrito la novela que daría pie a la brillante “El Buscavidas” (“The Hustler”, 1961) de Robert Rossen, aquel amargo melodrama sobre un jugador de billar interpretado por Paul Newman, y su secuela “El Color del Dinero” (“The Color Of Money”, 1986, de Martin Scorsese). Aunque presentada como una obra de ciencia ficción, realmente era una excusa que utilizaba el autor para echar un nada cándido vistazo a la raza humana a través de los ojos de su protagonista, el frágil Thomas Jerome Newton, cuya intención de llevar agua a su planeta natal para salvar a su familia. Tevis usaba tan solo a unos pocos personajes para que su relato funcionara, aparte de Newton, el profesor Nathan Bryce y la enamorada del extraterrestre Mary-Lou, que nunca llegaba a consumar su deseo por él debido a la asexualidad del extraterrestre. Estos personajes no eran especialmente buenos o malos, sino meramente humanos, y se movían por pasiones muy normales, pero que el libro hacía parecer absurdas otorgándoles una trascendencia sobredimensionada a través de la mirada de Newton.

Los años 70 están plagados de devaneos artísticos que tiran hacia la psicodelia, el amor libre y demás, y la ciencia ficción fue un recurso muy utilizado en el cine para construir todo tipo de metáforas sociales usando planteamientos de futuros distantes. Es la era pre-Luke Skywalker y compañía, y de ese modo saldrán a la luz obras como “Zardoz” (1974) de John Boorman, “Quintet” (1979) de Robert Altman, o “La fuga de Logan” (“Logan’s Run”, 1976) de Michael Anderson. La novela de Tevis era un plato apetecible en cualquier caso, aunque en un primer momento fue pensada como un vehículo en lucimiento de Peter O’Toole. El proyecto cae en manos del interesante Nicholas Roeg, que tendría durante esta etapa su punto álgido, en el sentido de que su particular cine fue mucho más aceptado durante esta década de los 70 gracias a títulos como “Perfomance” (1970), “Walkabout” (1971) y sobre todo la brillante “Amenaza en la Sombra” (“Don’t Look Now”, 1973). Roeg piensa primero que en nada menos que Michael Crichton para interpretar el papel (sí, el escritor de “Parque Jurásico” y director de “Coma”, entre otras) debido a su extraño físico, antes de decidirse por la opción más obvia: David Bowie.

El músico nacido en Brixton había abandonado hacía poco a sus más famosas creaciones, el extraterrestre que cantaba en un mundo al borde del Apocalipsis Ziggy Stardust y su versión parecida aunque americanizada, el misterioso Aladdin Sane con fecha de nacimiento, muerte y resurrección, y esta en pleno proceso de desviar su música del glam-rock hacia el soul, en parte buscando el éxito en America, con su disco “Young Americans (1975). La relación entre Bowie y la ciencia ficción es patente desde su primer éxito “Space Oddity” (1969), la cual en más de una ocasión ha declarado que compuso tras el abandono de su relación con una novia y justo después de haber visto “2001: Una odisea del espacio”. Ziggy Stardust (1972), el andrógino extraterrestre que daría éxito y fama a Bowie, estaba plagada de referencias a libros y películas del tema, y en 1974 intentó llevar a cabo un musical basándose en “1984” de Orwell, aunque al no lograrlo debido a la imposibilidad de conseguir los derechos se “conformará” con crear otro universo apocalíptico en el disco “Diamond Dogs”. Su extraño físico, y su teatrero modo de entender el espectáculo –no es de extrañar viniendo de alguien que recibió clases de Lindsay Kemp- le habían convertido en el objeto de deseo de varios directores, aunque aún no se había lanzado a la piscina cinematográfica, rechazando papeles con más de un parecido con Newton, como el Valentine Michael Smith, otro ser marciano que al llegar a la Tierra optaba por fundar su propia religión en “Forastero en Tierra Extraña” (“Stranger on a Strange Land”, editado en 1961), la polémica y realmente rompedora novela de Robert A. Heinlein que finalmente no fue llevada al cine y cuyo rol principal Bowie rechazó por considerarlo “demasiado hippie”.

No puede decirse que la película sea fallida, puesto que resulta interesante. Aquí sí tenemos un romance entre Newton y Mary-Lou, de hecho el personaje de Newton no solo caerá en el alcohol por su culpa, si no que en la parte final del film también se nos muestra como un ser que ha caído en la lujuria. Un Newton más humano, de todos modos, y aunque no es una mala idea hacer que la historia tire en pantalla grande por estos derroteros, el cómo está contando resulta un lastre. Entendámonos, el cine de Roeg no es que envejezca precisamente bien, un poco de concesiones artísticas setenteras como hacía en la inmediatamente previa “Amenaza en la Sombra” quedaban muy bien, y pueden verse ahora como un mero apunte cronológico, pero en ésta Roeg se desmadra un poco en el uso de zooms, en el montaje estrambótico, en el uso de una banda sonora que va en contra de la película pero que tiene un descarado aire a la época de la que viene... Y aquí radica el mayor problema dl film, lo que hace 20 años resultaba el colmo de la modernez ahora se antoja como una antigualla, y asumiendo en que época se realizó y lo que representaba el director en ese momento se puede entender, e incluso pasar por alto, pero la base de la novela daba para hacer un filme duradero con el paso de los años, y eso no ocurre...

Es el excesivo gusto por un estilo y una estética que tenía fecha de defunción lo que más daña al visionado del filme, que no carece en todo caso de momentos de interés, aunque realizada de un modo más formal... se hubiera podido profundizar mucho más en la relación entre Newton y Nathan Bryce, o con Mary-Lou (más allá de lo meramente carnal, o el deseo que ella siente por él, que en el libro era una verdadera necesidad vital para ella, el estar con un ser así, que no emita juicios de valor, que parezca que la escuche aunque realmente no lo haga, aunque para ello debiera dejar de lado el sexo-, que tenían largas charlas y donde unos aprendían de los otros –no cosas necesariamente buenas-, y que aquí se intenta mostrar de un modo visual –el plano final, con Bryce y Mary Lou viviendo juntos, con el primero colocándose las gafas de un modo exactamente igual al que hacía el extraterrestre y la segunda quitándose sus pestañas postizas-. En cualquier modo algunos momentos sí resultan logrados, incluso brillantes, como Newton intentando asimilar toda la información en varias pantallas de televisión a la vez, lo que le convierten en una especie de Howard Hughes, un millonario excéntrico, aunque en este caso no obsesionado con el control, si no por la necesidad de comprender, o el momento en el que le revela su verdadera forma a su amante, y la posterior reacción de esta, intentando mantener relaciones sexuales, pero repugnándole el modo “verdadero” de practicar el coito en el planeta de Newton. He aquí el único apunte que relaciona el paralelismo entre homosexualidad y “ser de otro planeta” En el filme Newton se acuesta con Mary Lou tanto antes como después de ese momento-.

Podríamos estar hablando de un clásico, y en el material original había madera para ello... sin embargo nos tenemos que conformar con colocarle el apelativo película de culto (me gustaría a veces saber hoy en día que película no es de culto), muy representativa de una época y por supuesto muy atractiva e inolvidable, para los fans de Bowie, entre los qué me cuento.Un último consejo, si no la habeís visto, merece la pena qué lo hagaís.

DEDICADO A MI HIJA DEBORAH, que llegó a la tierra, para llenarnos el corazón de alegría.

14 nov 2011

UNA MUJER NUNCA ES DEMASIADO RICA, NI DEMASIADO DELGADA





La famosa frase del titulo se debe a:

Wallis, duquesa de Windsor nacida Bessie Wallis Warfield; más tarde, por matrimonio, fue llamada Wallis Spencer y después Wallis Simpson (19 de junio de 1896[2] - 24 de abril de 1986); fue una socialité estadounidense dos veces divorciada que se casó en terceras nupcias el 3 de junio de 1937, con el príncipe Eduardo, duque de Windsor, quien antes de su matrimonio había sido Eduardo VIII rey del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y emperador de la India.
El padre de Wallis murió poco después de su nacimiento y junto a su madre viuda recibió el apoyo de algunos parientes ricos. Su primer matrimonio, con un oficial de la
Marina de los Estados Unidos, se caracterizó por varios períodos de separación y finalmente terminó en divorcio. En 1934, durante el transcurso de su segundo matrimonio, supuestamente se convirtió en la amante de Eduardo, entonces príncipe de Gales. Dos años más tarde, después de la muerte de Jorge V y el ascenso al trono de Eduardo VIII, Wallis se divorció de su segundo marido y Eduardo le propuso matrimonio. El deseo del rey de contraer nupcias con una mujer con dos exmaridos vivos provocó una crisis constitucional en el Reino Unido y sus dominios, que finalmente condujo a su abdicación en diciembre de 1936, para casarse, según sus propias palabras, con «la mujer que amo».Después de la abdicación, el antiguo rey fue creado duque de Windsor por su hermano Jorge VI. Eduardo se casó con Wallis seis meses más tarde, después de lo cual fue conocida formalmente como la duquesa de Windsor, sin el tratamiento de Su Alteza Real.

Aquí os dejo una colección de mujeres, que por su físico o riqueza encajarían perfectamente con ésta frase.


Audrey Hepburn, maravillosa, única, con estilo personalísimo, excelente actriz, ella mismo dijo que su delgadez, de debía al hambre, que paso en la II Guerra Mundial, y que le provocó una gran desnutrición, solidaria con el tercer mundo en su madurez, nos dejo demasiado pronto, debido a un cáncer de colon, Audrey, a tod@s nos cae bien...era un encanto y un ángel.

PRECIOSA, ELEGANTE ... IRREPETIBLE, PERO PARA MI, CARENTE DE EROTISMO Y MORBO...AUNQUE NINGUNA FALTA LE HACÍA...


Audrey Herburg , la elegancia y un estilazo, ese delgadez la permitía una serie de looks, que sería imposible que otras mujeres llevasen....



Audrey Herburg , la elegancia y el talento, siempre sera recordada por su papel de Holly Golightly en DeAudrey Herburg , la elegancia y el talento, siempre sera recordada por su papel de Holly Golightly en " Desayuno con diamantes ", interpretó muchas más pelis, pero ésta es la más " icono "... una de mis favoritas, junto a " Dos en la carretera " y " Ariane ", junto a un maduro Gary Cooper.diamantes.



CHARLOTTE RAMPLING, UNA DE MIS ACTRICES FETICHE, DELGADÍSIMA, GUAPÍSIMA, FELINA Y EXCELENTE ACTRIZ, Y CON  UN MORBO QUE DESTILA POR TODOS LOS POROS !! LA ADORO !!!



UN FISICO PRIVILEGIADO, ALTA, DELGADA; PERO CON FORMAS, OJOS Y MELENA APABULLANTES
GUAPA,GUAPA, GUAPÍSIMA




CHARLOTTE, YA MÁS MADURA, PERO BELLÍSIMA IGUALMENTE






ZAPATOS MARAVILLOSOS !!!


ME ENCANTA ESTE MODELO....Y ES MUY PONIBLE

Charlotte Gainsbourg, el retoño aunque no tan guapa como mama y con estilo más perro-flauta ( a veces ) delgada, pero con bonitas piernas y muy atractiva.





EDIE SEDGWICK, la heroína y la Factory acabaron con ella.





Kate Moss, para sigue siendo una de las mejores top, a pesar de todos sus desvaríos.



Y por último Olivia Palermo, top de moda, creo que es la que tiene las piernas más delgadas.


Después de este muestrario de chicas sumamente delgadas, que algunas me fascinan
ni que decir tengo, que si pudierá elegir un cuerpo, me quedo con Raquel Welch, llamado " el cuerpo" que a pesar de su 1,58, lucia así de impresionante, aunque artisticamente no valía un pimiento.







                dedicat al meu amor ... que ja aviat

7 nov 2011

SOY ALCOHÓLICO, DROGADICTO, HOMOSEXUAL. SOY UN GENIO


Esta es una entrevista ficticia, es decir,  sólo es fruto de mi imaginación; partiendo de documentación y textos leídos sobre su persona., que son muchos, el
escritor y personaje siempre me atrajo, hasta tal punto, que creo haber leído todo acerca de él.


SUSAN LENOX ENTREVISTA A TRUMAN CAPOTE.



Truman Streckfus Persons, más conocido como Truman Capote  ha aceptado recibirme  en su apartamento, situado al oeste de la calle 52. Hace ya quince minutos que le espero en el salón cuando finalmente aparece. Camina como si cada uno de sus pasos respondiese a la coreografía de una música que sólo él parece oír. Viste con un pijama blanco con rayas rojas y sostiene un Martini en la mano. Apenas ha pasado un mes desde que lo ingresaran en el hospital Regent, sin cambio de rumbo alguno. No obstante, Truman Capote conserva intacta su extravagancia y ostentación, su asombroso ingenio y mordaz sarcasmo; una lengua viperina muy apreciada entre sus frívolas y pudientes amistades de la jet set neoyorquina. Truman Capote, amante de las palabras, un prisma al que uno podría estar dándole vueltas en cualquier sentido sin que dejasen de aparecer los más hermosos colores. Una mente maravillosamente sutil, transitando por un camino empedrado, rumbo al cementerio. Absorbido por un estilo de vida que le encadenó a la jet set, al tiempo que se alejaba de su oficio y talento. Incapaz de superar sus viejos fantasmas, a pesar de haber ascendido socialmente desde la nada para alcanzar una gloria que ahora nada significa. Empastillado y alcoholizado, cada vez menos genio, menos musical.


Muy bien Sr.Capot… quiero decir, Truman.
T.C:
Alcohólico, drogadicto, homosexual. Soy un genio.
T: Se tiene en gran estima.
T.C: Hay un sólo Truman Capote, nunca ha habido alguien como yo y cuando me vaya no habrá nadie como yo. Tengo más o menos la altura de una escopeta y soy igual de estrepitoso.
T: ¿Se encuentra bien?T.C: En mi oscura demencia, absolutamente solo con mi baraja de naipes y, desde luego, con el látigo que Dios me dio.
T: Sr.Capo.. Truman… le agradezco el tiempo que me dedica. Se de buena tinta que se encuentra enmarañado en su última novela, PLEGARIAS  DESATENDIDAS. Su particular En busca del tiempo perdido.
T.C: La alta sociedad norteamericana en la segunda mitad del siglo XX. Este libro trata de ustedes, de mí, de ellos, de todos. No soy Proust. No soy tan inteligente ni tan culto como él. En muchos aspectos no soy tan receptivo. Pero mi visión es tan buena como la suya. ¡En todo! ¡Lo veo todo! ¡No se me escapa nada! Lo que escribo es cierto, es real y está escrito, posiblemente, con una prosa de inmejorable factura que no creo que ningún escritor norteamericano sea capaz de conseguir. De eso es de lo único que me precio, que no es poco. Si Proust fuese norteamericano y viviera ahora en Nueva York, eso es lo que escribiría. Soy la única persona de este país que podía escribir este libro: la única persona. Es la raison d’ être de toda mi vida.
T: ¿No se enfadarán sus cisnes y pavos reales?
T.C: Ellos dan por supuesto que yo vivo de acuerdo a sus valores y es como si al escribir les dijese: “Todo aquello por lo que vivisteis, todo lo que hicisteis no es más que un montón de mierda”. Y eso es verdad. ¿Qué creían, que estaba con ellos para entretenerles?




T: Veo que no perdió suficientes amigos con el cuento La Côte Basque… ¿Empezamos?
T.C: ¡Por favor!
T: ¿Cuándo decidió ser escritor?
T.C: Empecé a escribir cuando tenía ocho años: de improviso, sin inspirarme en ejemplo alguno. No conocía a nadie que escribiese y a poca gente que leyese. Pero el caso era que sólo me interesaban cuatro cosas: leer libros, ir al cine, bailar claqué y hacer dibujos. Un día caminaba por la carretera chutando piedras y advertí que quería ser escritor, un artista. ¿Cómo sucedió? Eso me gustaría saber a mí. Mis parientes no eran más que unos pobres granjeros. No creo en la posesión, pero algo se apoderó de mí, algún pequeño demonio me hizo escritor. ¿Cómo explicarlo si no? Comencé a escribir, sin saber que me había encadenado de por vida a un noble pero implacable amo. Cuando Dios le entrega a uno un don, también le da un látigo: ¡y el látigo es únicamente para autoflagelarse!
T: Usted no lo sabía…

T.C: Por supuesto, yo no lo sabía. Escribí relatos de aventuras, novelas de crímenes, comedias satíricas, cuentos que me habían referido antiguos esclavos y veteranos de la Guerra Civil. Al principio fue muy divertido. Dejó de serlo cuando averigüé la diferencia entre escribir bien y mal. Luego hice otro descubrimiento más alarmante todavía: la diferencia entre escribir bien y el arte verdadero; es sutil, pero brutal. ¡Y entonces cayó el látigo

T: ¿Qué escribía por entonces?
T.C: Los escritos más interesantes que realicé en aquella época consistieron en sencillas observaciones cotidianas que anotaba en mi diario. Extensas transcripciones al pie de la letra de conversaciones que acertaba a oír con disimulo. Descripciones de algún vecino. Habladurías del barrio. Una suerte de reportaje, un estilo de “ver” y “oír” que más tarde ejercería verdadera influencia en mí, aunque entonces no fuera consciente de ello, porque todos mis escritos “serios”, los textos que pulía y mecanografiaba escrupulosamente, era más o menos novelescos.
T: Sin embargo, ¿en su infancia los latigazos provenían de su madre que lo menospreciaba por sus maneras afeminadas?



T.C: Yo era una pequeña preciosidad de porcelana, con mis andares y posturas, que me convirtieron en algo raro y distinto ante los demás muchachos. Incluso mi voz empezó a sonar extraña, aniñada y artificiosa: idéntica a como es ahora. No es que me sintiera encerrado en un cuerpo extraño. No era transexual. Sólo pensaba que las cosas me serían más fáciles siendo chica. Mi madre (Nina) siempre fue hipersensible a las opiniones de los demás. Hasta me llevó a dos psiquiatras con la esperanza de encontrar una curación, algún medicamento, alguna terapia que hiciese de mi el chiidentidad como artista, como hombre y como homosexual.
T.C: Intenté ser lo que mi madre quería, pero fracasé.

T.C: Intenté ser lo que mi madre quería, pero fracasé.
T: Usted escribió en su opera prima: “Si le pones un peso y lo
hundes en lo más hondo, no importa: subirá y buscará la superficie ¿Y por qué no? Cualquier amor que haya en la naturaleza de una persona es natural y hermoso. Sólo los hipócritas responsabilizan a un hombre de lo que ama, sólo los analfabetos emocionales y los detentadores de la santa envidia, que en su preocupación agitada confunden frecuentemente la flecha que señala al cielo con la que conduce al infierno”.
T.C: Sin embargo, también los fantasmas vuelven a la superficie.
co que ella quería que fuera.
T: Usted intento exorcizar demonios en su primera novela Otras voces, otros ámbitos
. Un viaje hacia el descubrimiento de su  homosexualidad.


T: No encontraste mucha ayuda.
T.C: Recuerdo que cuando estaba en el Trinity, un profesor me llevaba al cine Olimpia, en el alto Broadway, y en las últimas filas mientras el profesor me acariciaba yo le masturbaba
T: El efecto de tal escena en un joven muchacho fue cuanto menos una lamentable iniciación en los misterios del sexo. Y para colmo su madre lo envió a una escuela militar.
T.C: Casi todos los chicos de St.John me daban miedo. Se tomaban el sexo muy en serio. Y en lugar de aportarme felicidad y seguridad, verme asediado de aquella manera tenía el efecto contrario. Era como si estuviese en la cárcel. He hablado con muchos presidiarios y sé cómo se sienten. Siempre hay un recluso joven y agraciado a quien todo el mundo persigue.
T: Usted siempre ha querido ser admirado, ¿vedad? Nunca se ha conformado con un papel secundario.


T.C: Eso me recuerda mi pequeño papel en una obra épico-histórica titulada If I Were King en el colegio. Me adjudicaron el papel de comparsa, ¡de verdugo! Así que me lo amplié. Si no podía representar el papel de François Villon, el hombre que salvó a Francia, me convertiría en el verdugo más locuaz de la historia del teatro. “No es éste un ahorcamiento cualquiera. ¿Recordáis hace cuatro años cuando colgamos…?” Fue como si uno de los lanceros en Hamlet se hubiese arrogado el protagonismo para recitar To be or not to be. ¡Al final de la obra a Villon casi lo cuelgan! Antes de que bajasen el telón el profesor de arte dramático empezó a perseguirme por el escenario. Sin duda la escena más interesante y divertida de toda la obra.

"No se enamore nunca de ninguna criatura salvaje, Mr. Bell. Esa fue la equivocación de Doc. Siempre se llevaba a su casa seres salvajes. Halcones con el ala rota. Otra vez trajo un lince rojo con una pata fracturada. Pero no hay que entregarles el corazón a los seres salvajes: cuanto más se lo entregas, más fuertes se hacen. Hasta que se sienten lo suficientemente fuertes para huir al bosque. O subirse volando a un árbol. Y luego a otro árbol más alto. Y luego al cielo. Así terminará usted, Mr. Bell, si se entrega a alguna criatura salvaje. Terminará con la mirada fija en el cielo." (Breakfast at Tiffany's)




SOY ALCOHÓLICO, DROGADICTO, HOMOSEXUAL. SOY UN GENIO



Esta es una entrevista ficticia, es decir,  sólo es fruto de mi imaginación; partiendo de documentación y textos leídos sobre su persona., que son muchos, el
escritor y personaje siempre me atrajo, hasta tal punto, que creo haber leído todo acerca de él.


SUSAN LENOX ENTREVISTA A TRUMAN CAPOTE.



Truman Streckfus Persons, más conocido como Truman Capote  ha aceptado recibirme  en su apartamento, situado al oeste de la calle 52. Hace ya quince minutos que le espero en el salón cuando finalmente aparece. Camina como si cada uno de sus pasos respondiese a la coreografía de una música que sólo él parece oír. Viste con un pijama blanco con rayas rojas y sostiene un Martini en la mano. Apenas ha pasado un mes desde que lo ingresaran en el hospital Regent, sin cambio de rumbo alguno. No obstante, Truman Capote conserva intacta su extravagancia y ostentación, su asombroso ingenio y mordaz sarcasmo; una lengua viperina muy apreciada entre sus frívolas y pudientes amistades de la jet set neoyorquina. Truman Capote, amante de las palabras, un prisma al que uno podría estar dándole vueltas en cualquier sentido sin que dejasen de aparecer los más hermosos colores. Una mente maravillosamente sutil, transitando por un camino empedrado, rumbo al cementerio. Absorbido por un estilo de vida que le encadenó a la jet set, al tiempo que se alejaba de su oficio y talento. Incapaz de superar sus viejos fantasmas, a pesar de haber ascendido socialmente desde la nada para alcanzar una gloria que ahora nada significa. Empastillado y alcoholizado, cada vez menos genio, menos musical.




Muy bien Sr.Capot… quiero decir, Truman.
T.C: Alcohólico, drogadicto, homosexual. Soy un genio.
T: Se tiene en gran estima.
T.C: Hay un sólo Truman Capote, nunca ha habido alguien como yo y cuando me vaya no habrá nadie como yo. Tengo más o menos la altura de una escopeta y soy igual de estrepitoso.
T: ¿Se encuentra bien?T.C: En mi oscura demencia, absolutamente solo con mi baraja de naipes y, desde luego, con el látigo que Dios me dio.
T: Sr.Capo.. Truman… le agradezco el tiempo que me dedica. Se de buena tinta que se encuentra enmarañado en su última novela, PLEGARIAS  DESATENDIDAS. Su particular En busca del tiempo perdido.
T.C: La alta sociedad norteamericana en la segunda mitad del siglo XX. Este libro trata de ustedes, de mí, de ellos, de todos. No soy Proust. No soy tan inteligente ni tan culto como él. En muchos aspectos no soy tan receptivo. Pero mi visión es tan buena como la suya. ¡En todo! ¡Lo veo todo! ¡No se me escapa nada! Lo que escribo es cierto, es real y está escrito, posiblemente, con una prosa de inmejorable factura que no creo que ningún escritor norteamericano sea capaz de conseguir. De eso es de lo único que me precio, que no es poco. Si Proust fuese norteamericano y viviera ahora en Nueva York, eso es lo que escribiría. Soy la única persona de este país que podía escribir este libro: la única persona. Es la raison d’ être de toda mi vida.
T: ¿No se enfadarán sus cisnes y pavos reales?
T.C: Ellos dan por supuesto que yo vivo de acuerdo a sus valores y es como si al escribir les dijese: “Todo aquello por lo que vivisteis, todo lo que hicisteis no es más que un montón de mierda”. Y eso es verdad. ¿Qué creían, que estaba con ellos para entretenerles?




T: Veo que no perdió suficientes amigos con el cuento La Côte Basque… ¿Empezamos?
T.C: ¡Por favor!
T: ¿Cuándo decidió ser escritor?
T.C: Empecé a escribir cuando tenía ocho años: de improviso, sin inspirarme en ejemplo alguno. No conocía a nadie que escribiese y a poca gente que leyese. Pero el caso era que sólo me interesaban cuatro cosas: leer libros, ir al cine, bailar claqué y hacer dibujos. Un día caminaba por la carretera chutando piedras y advertí que quería ser escritor, un artista. ¿Cómo sucedió? Eso me gustaría saber a mí. Mis parientes no eran más que unos pobres granjeros. No creo en la posesión, pero algo se apoderó de mí, algún pequeño demonio me hizo escritor. ¿Cómo explicarlo si no? Comencé a escribir, sin saber que me había encadenado de por vida a un noble pero implacable amo. Cuando Dios le entrega a uno un don, también le da un látigo: ¡y el látigo es únicamente para autoflagelarse!
T: Usted no lo sabía…




T.C: Por supuesto, yo no lo sabía. Escribí relatos de aventuras, novelas de crímenes, comedias satíricas, cuentos que me habían referido antiguos esclavos y veteranos de la Guerra Civil. Al principio fue muy divertido. Dejó de serlo cuando averigüé la diferencia entre escribir bien y mal. Luego hice otro descubrimiento más alarmante todavía: la diferencia entre escribir bien y el arte verdadero; es sutil, pero brutal. ¡Y entonces cayó el látigo
T: ¿Qué escribía por entonces?
T.C: Los escritos más interesantes que realicé en aquella época consistieron en sencillas observaciones cotidianas que anotaba en mi diario. Extensas transcripciones al pie de la letra de conversaciones que acertaba a oír con disimulo. Descripciones de algún vecino. Habladurías del barrio. Una suerte de reportaje, un estilo de “ver” y “oír” que más tarde ejercería verdadera influencia en mí, aunque entonces no fuera consciente de ello, porque todos mis escritos “serios”, los textos que pulía y mecanografiaba escrupulosamente, era más o menos novelescos.
T: Sin embargo, ¿en su infancia los latigazos provenían de su madre que lo menospreciaba por sus maneras afeminadas?




T.C: Yo era una pequeña preciosidad de porcelana, con mis andares y posturas, que me convirtieron en algo raro y distinto ante los demás muchachos. Incluso mi voz empezó a sonar extraña, aniñada y artificiosa: idéntica a como es ahora. No es que me sintiera encerrado en un cuerpo extraño. No era transexual. Sólo pensaba que las cosas me serían más fáciles siendo chica. Mi madre (Nina) siempre fue hipersensible a las opiniones de los demás. Hasta me llevó a dos psiquiatras con la esperanza de encontrar una curación, algún medicamento, alguna terapia que hiciese de mi el chiidentidad como artista, como hombre y como homosexual.
T.C: Intenté ser lo que mi madre quería, pero fracasé.

T.C: Intenté ser lo que mi madre quería, pero fracasé.
T: Usted escribió en su opera prima: “Si le pones un peso y lo
hundes en lo más hondo, no importa: subirá y buscará la superficie ¿Y por qué no? Cualquier amor que haya en la naturaleza de una persona es natural y hermoso. Sólo los hipócritas responsabilizan a un hombre de lo que ama, sólo los analfabetos emocionales y los detentadores de la santa envidia, que en su preocupación agitada confunden frecuentemente la flecha que señala al cielo con la que conduce al infierno”.
T.C: Sin embargo, también los fantasmas vuelven a la superficie.
co que ella quería que fuera.
T: Usted intento exorcizar demonios en su primera novela Otras voces, otros ámbitos
. Un viaje hacia el descubrimiento de su  homosexualidad.



T: No encontraste mucha ayuda.
T.C: Recuerdo que cuando estaba en el Trinity, un profesor me llevaba al cine Olimpia, en el alto Broadway, y en las últimas filas mientras el profesor me acariciaba yo le masturbaba
T: El efecto de tal escena en un joven muchacho fue cuanto menos una lamentable iniciación en los misterios del sexo. Y para colmo su madre lo envió a una escuela militar.
T.C: Casi todos los chicos de St.John me daban miedo. Se tomaban el sexo muy en serio. Y en lugar de aportarme felicidad y seguridad, verme asediado de aquella manera tenía el efecto contrario. Era como si estuviese en la cárcel. He hablado con muchos presidiarios y sé cómo se sienten. Siempre hay un recluso joven y agraciado a quien todo el mundo persigue.
T: Usted siempre ha querido ser admirado, ¿vedad? Nunca se ha conformado con un papel secundario.



T.C: Eso me recuerda mi pequeño papel en una obra épico-histórica titulada If I Were King en el colegio. Me adjudicaron el papel de comparsa, ¡de verdugo! Así que me lo amplié. Si no podía representar el papel de François Villon, el hombre que salvó a Francia, me convertiría en el verdugo más locuaz de la historia del teatro. “No es éste un ahorcamiento cualquiera. ¿Recordáis hace cuatro años cuando colgamos…?” Fue como si uno de los lanceros en Hamlet se hubiese arrogado el protagonismo para recitar To be or not to be. ¡Al final de la obra a Villon casi lo cuelgan! Antes de que bajasen el telón el profesor de arte dramático empezó a perseguirme por el escenario. Sin duda la escena más interesante y divertida de toda la obra.


"No se enamore nunca de ninguna criatura salvaje, Mr. Bell. Esa fue la equivocación de Doc. Siempre se llevaba a su casa seres salvajes. Halcones con el ala rota. Otra vez trajo un lince rojo con una pata fracturada. Pero no hay que entregarles el corazón a los seres salvajes: cuanto más se lo entregas, más fuertes se hacen. Hasta que se sienten lo suficientemente fuertes para huir al bosque. O subirse volando a un árbol. Y luego a otro árbol más alto. Y luego al cielo. Así terminará usted, Mr. Bell, si se entrega a alguna criatura salvaje. Terminará con la mirada fija en el cielo." (Breakfast at Tiffany's)